En 1941 Hervey Cleckley describió 16 síntomas del sociópata en su libro "The Mask of Sanity". Hervey había estado estudiando psicópatas varones adultos que habían estado hospitalizados en una institución cerrada. Durante la siguiente década tuvo la oportunidad de estudiar una gama más amplia de psicópatas (él usa el término sociópata, psicópata y personalidad antisocial indistintamente) y realizó algunos cambios significativos en la segunda edición del libro.
Comienza el libro con muchas historias de diferentes casos mostrando los síntomas del sociópata en situaciones reales. A continuación hace una comparación con otros trastornos como la psicosis, el criminal ordinario, el comportamiento sexual desviados y abuso de alcohol antes de hablar sobre la historia del psicópata.
Consolida la información en los siguientes 16 síntomas del sociópata:
Vamos a echar un vistazo a cada uno de los síntomas del sociópata.
Los sociópatas parecen normales y suelen hablar mucho. Puede parecer que tienen intereses genuinos y parecen muy inteligentes. Una observación cuidadosa revela que tiene menos impedimentos emocionales y sociales que la persona promedio. Es decir, que normalmente no se muestran avergonzados, incómodos o tímidos en ninguna situación. Dan la impresión que tienen cualidades superiores o deseables.
No hay evidencia de enfermedad mental o delirios. Parece ser capaz de razonar de forma lógica, comprender los errores del pasado, y tenerlos en cuenta cuando organiza su futuro. También parece responder con emociones normales y es convincente respecto a sus creencias.
Parecen inmunes a la ansiedad y la preocupación que tendrían las personas normales ante situaciones inquietantes o perturbadoras. Mantienen fácilmente su aplomo y confianza. En situaciones en las que las personas normales se sentirían avergonzadas, confusas e inseguras, llama la atención la forma en que son capaces de mantener la calma.
En la cárcel o en hospitales psiquiátricos a menudo es diferente. Pueden mostrarse molestos o inquietos (probablemente porque han perdido su libertad y control, lo que es sumamente importante para ellos). Hervey Cleckley señala que esta inquietud parece estar totalmente provocada por circunstancias externas y nunca por culpa o remordimiento.
Mientras dan la impresión de ser fiables, muy pronto se hace evidente que no tienen ningún sentido de la responsabilidad. No importa cuántas veces lo hayan prometido, o lo importante que sea, no toman la responsabilidad. Y tampoco cambian al ser confrontados por su actitud o por las decisiones que han tomado.
Sin embargo, señala que efectivamente pueden hacer lo que sea necesario para parecer fiables. Vuelven a estudiar o trabajar durante semanas o meses. Son elegidos presidentes de un club. Ganan una beca. Lo que están haciendo con todo esto es crear una impresión. Y, precisamente esto hace que sea más difícil tratar con ellos, porque si ellos no fueran fiables desde el primer momento, la gente sabría qué esperar de ellos.
El sociópata no será responsable tanto en situaciones serias como triviales. Es imposible determinar cuándo será confiable y cuándo no. ¡Hervey Cleckley dice que no hay ni siquiera una consistencia en su inconsistencia, sino una inconsistencia en su inconsistencia!
Esta es una de los síntomas del sociópata más importante porque demuestra un desprecio tan notable por la verdad que no puedes confiar en que ocurrió lo que dicen, o que pasará lo que prometen, o cuáles son sus intenciones ahora.
Mienten de forma muy convincente. Tanto si creen que no serán atrapados en la mentira como si hay una alta probabilidad de ser descubiertos, hacen el mismo trabajo impresionante. Pueden mirar a los ojos de cualquiera con confianza y decir las mentiras más atroces.
Cleckley dice que es difícil explicar cómo algunos sociópatas pueden parecer tan sinceros. Pueden desarmar no solo a extraños sino también a personas que saben que son unos mentirosos.
Y a pesar de ser descubiertos en mentiras e importantes promesas incumplidas, el sociópata continuará dando su palabra de honor y parecerá sorprendido y molesto si alguien le cuestiona.
Parece que miente para evitar lo desagradable o para obtener algo, incluso si ese algo es pequeño e insignificante.
Una de los síntomas del sociópata más común es que no acepta la culpa por sus problemas o por los problemas que causa a los demás. La respuesta típica es culpar a cualquier otro y ponerse en el papel de la víctima.
Si acepta la responsabilidad lo hace con la misma convicción que una persona que termina una carta con "tu humilde y obediente sirviente". ¡Sin embargo sus comportamientos pueden indicar que realmente es honesto, y de esa manera engañar lo suficientemente bien a la otra persona como para restablecer la confianza perdida!
Pero al preguntarle de forma más detallada acerca de la responsabilidad que está tomando nos mostrará que no solo no es honesto y serio respecto a ellos, sino que además la idea de tomar la responsabilidad es algo inconcebible para él.
Tampoco hay vergüenza, humillación o remordimiento. Ni siquiera por las cosas más horribles que han hecho. Cleckley dice: "si Santayana tiene razón al decir que, tal vez la verdadera dignidad de un hombre es su habilidad para despreciarse a sí mismo, el psicópata sin lugar a dudas no tiene medios para alcanzar la verdadera dignidad".
El sociópata hace trampa, estafa, fracasa, pelea, abandona, roba, falsifica y comete fraude por intereses de muy poco valor, incluso si hay alto riesgo de ser descubierto. Y, a veces hará tales cosas en ausencia de cualquier meta.
El comportamiento antisocial no se reduce a un comportamiento típico, por ejemplo, solo la cleptomanía o solo la tendencia a pelear. Pueden participar en toda una amplia gama de actividades antisociales.
A pesar de los poderes aparentemente racionales, una de las características del sociópata más común es que a menudo "tiran por la ventana" grandes oportunidades para, por ejemplo, ganar dinero o mejorar las relaciones sociales.
Y, al mismo tiempo, a pesar de los castigos por sus malas acciones, el sociópata con frecuencia seguirá con el mismo comportamiento, sabiendo que si son cogidos se les castigará de nuevo. El ejemplo clásico es el violador que sale de la cárcel y viola de nuevo.
Cleckley cree que ningún castigo es probable que cambie las costumbres del sociópata.
También señala que en situaciones teóricas puede ofrecer consejos sensatos para situaciones cotidianas tanto para los demás como para él. Sin embargo cuando hay que llevarlas a la acción se observan muchas evidencias de su deficiencia en su proceso para tomar decisiones.
Lee el resto de los síntomas del sociópata descritos por Hervey Cleckley aquí...
Robert Hare, más recientemente, ha escrito sobre las características del psicópata y sobre su estilo de vida antisocial y Martha Stout ha escrito The Sociopath Next Door.
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