Podría decirse que los «psicópatas sexuales» son como «una sorpresa inesperada», «un ciego que nada ve» o «lo que no puede ser además es imposible». Estas expresiones se conocen como pleonasmos, o expresiones redundantes, y una parte de ellas puede eliminarse sin que la expresión cambie de su significado. La sorpresa es por definición inesperada, un ciego no ve, y, lo que no puede ser significa que es imposible que ocurra.
Hervey Cleckley en su libro de 1941 "The Mask of Sanity" dice que la vida sexual del psicópata siempre muestra peculiaridades. Esto tiene sentido cuando se considera que:
Su incapacidad para amar significa que su vida sexual es trivial e impersonal. El placer del acto sexual parece limitarse sólo a sensaciones locales. Si bien hay cambios fisiológicos que pueden dar lugar a emociones, que conlleva a su vez a etiquetarlos de sexuales, los psicópatas no tienen una experiencia emocional compartida con sus parejas, ni ninguna emoción que les lleve a desarrollar un sentido de compromiso o lealtad.
Cleckley dice que para los psicópatas no hay ninguno de los "concomitantes emocionales y las posibilidades complejas que hacen de las relaciones amorosas adultas una experiencia tan emocionante e indescriptible".
También señala que los psicópatas sexuales:
Esto los lleva a probar conductas sexuales desviadas, ¡a veces sólo por el hecho de hacerlo! Pueden tener relaciones homosexuales sin presentar dicha orientación sexual, pueden abusar de niños, pagar prostitutas, seducir a los cónyuges de sus amigos, y, por supuesto, violar y abusar sexualmente de otras personas.
Más recientemente, en su libro "Sin Conciencia" Robert Hare añade más ideas sobre la naturaleza del psicópata sexual.
Señala que la violación es un buen ejemplo del uso insensible y egoísta de la violencia por parte de los psicópatas.
Él piensa que quizás la mitad de los violadores en serie son psicópatas y esto conduce a una potente combinación de:
Esta idea de control es muy importante. Cuando una persona está envuelta en una relación sexual, se podría decir que se están revelando a sí misma, que están ofreciendo el aspecto más íntimo de sí misma.
Y muchos psicópatas se dan cuenta de esto y lo utilizan. Cuando una relación personal se convierte en una relación sexual, los psicópatas sexuales son conscientes de que tienen el potencial de tener el control total sobre la persona. De hecho, la sumisión sexual es a menudo el paso final en la cosificación de la víctima.
Recuerda también que los psicópatas usan las herramientas y técnicas de control mental para influir en los demás. Una relación sexual en esta situación significa que no hay consentimiento informado por parte de la víctima, ni una relación de iguales porque el manipulador es quien tiene el poder. Esto hace que sea una situación de abuso sexual.
Un psicópata a menudo crea una relación íntima que a su vez conduce a una relación sexual. El abuso psicológico hace posible el abuso sexual y el abuso sexual amplifica los efectos del abuso psicológico.
La psicóloga clínica Margaret Singer sugiere que este tipo de abuso es muy diferente del abuso sexual sin control mental. Ella explica que esta última forma de abuso es más aleatoria y furtiva y está asociada con la culpabilidad, mientras que cuando el control mental está involucrado (ya sea en las relaciones uno-a-uno o en las sectas), el abuso sexual se ha integrado con el sistema de creencias de la víctima y la interacción de estos dos aspectos tiene un efecto enorme en el proceso de recuperación.
Janja Lalich en un artículo titulado "Dominación y Sumisión: Explotaciones Psicosociales de Mujeres en las Sectas" publicado en Cultic Studies Journal, Vol. 14, No. 1, (haga clic aquí para una copia en pdf) también señala que la doctrina de una secta es un reflejo del líder sectario y sus preferencias. Como hemos visto, las preferencias sexuales de los psicópatas pueden ser muchas y variadas.
De manera que en algunas sectas, hay abstinencia sexual, y a veces incluso castración de los hombres para asegurar dicha orientación. Sin embargo muchas veces sucede que cuando los miembros se abstienen del sexo, el líder está abusando sexualmente de muchos de ellos.
En otras sectas, se insistirá en la "libertad sexual" y pueden practicar orgías, poligamia (a veces solo para el líder), intercambio de parejas, abuso infantil, etc. Uno de los objetivos de trasfondo de proponer la libertad sexual es que los miembros estarán sexualmente disponibles para el líder. Otro es empujar a los miembros más allá de sus límites personales para manipularlos. Algunos grupos incluso dictan cuándo y cómo los miembros deben tener relaciones sexuales.
Los líderes sectarios, que suelen ser psicópatas (hombres), pueden engañar a las mujeres para que piensen que es una cuestión de honor tener relaciones sexuales con él, que es necesario para su espiritualidad, o para la espiritualidad de la víctima, para su crecimiento personal o lo que sea. También las relaciones sexuales pueden presentarse como una prueba de lealtad hacia el líder. En algunas sectas se atraen a las mujeres y luego pura y llanamente se las esclaviza.
Las víctimas de abuso sexual hablan de cómo inicialmente el sexo puede parecer afectuoso, con ternura e incluso cariñoso, pero después de un tiempo cambia y se convierte en algo frío, sin emoción, muy dominante y a veces agresivo. Además por lo general se centra sólo en el placer físico del abusador.
Las mujeres líderes de sectas pueden realmente ofrecer libertad respecto a la elección sobre el sexo como una manera de atraer y persuadir a las mujeres para que se unan.
Los terapeutas psicopáticos también engañan a sus clientes llevándoles a situaciones de abuso sexual de maneras muy variadas. Una forma particularmente insidiosa es que el terapeuta haga masajes cerca de la ingle y luego invita al cliente a hacer lo mismo con el terapeuta para “practicar”. El cliente entonces es engañado en el inicio del contacto sexual. Esta manera es particularmente destructiva, ya que el cliente cree que ha iniciado la intimidad sexual.
Los psicópatas sexuales que han aprendido a utilizar el sexo para controlar y manipular a sus víctimas son particularmente destructivos .
Un hecho típico es que inicialmente la gente no quiere hablar del tema. Sin entender lo que sucedió, las víctimas tienden a culparse a sí mismas, pueden considerar que merecían el abuso, o estar tan llenas de vergüenza por lo que les pasó en manos de los psicópatas sexuales que a menudo parece más fácil tratar de olvidar todo. (¡Esto es un gran error!)
También pueden haber jurado secretismo a su manipulador, o creen que estarán revelando secretos sagrados o que estarán traicionando al líder si hablan sobre ello. Estas creencias, sentimientos e ideas pueden haber sido incorporadas a través del control mental y suelen ser difícil de deshacer.
Cuando las personas empiezan a hablar de ello, puede resultarles difícil darse cuenta y aceptar que han sido abusadas sexualmente por alguien que adoraban, respetaban y del que estaban enamoradas.
Además de tener que deshacer el control mental, tienen que lidiar con el hecho de que estaban en una relación abusiva y también puede que tengan que restablecer su propia sexualidad, deshacer cualquier confusión que tienen sobre el sexo y las relaciones sexuales, y después aprender a construir relaciones íntimas de nuevo.
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